Procesión del Silencio

Y los ritos de la salida penitencial se cumplieron, dos toques en la puerta de madera noble de la vieja iglesia de Sant Martí, para que se abriera a la madrugada de Lleida la Procesión del Silencio, en esos momentos en que la plata de la Cruz de Guia tocaba el suelo del porticón de Sant Martí y era la señal de silencio y recogimiento y la orden de salida de los penitentes de las diferentes cofradías de la ciudad que acompañan a la Cofradía del Cristo de la Agonía que organiza la Procesión del Silencio y que ya llega a 15 años desde la primera vez que se recuperó esta tradición de procesionar en lleida en la noche de Jueves Santo.
Los penitentes que componían el cortejo enfilaron la calle Sant Martí, con el sonido de fondo del toque de tambor de silencio de la Sección de Tambores de la Cofradía del Cristo de la Agonía y avanzando al toque de la campana del trono del Cristo.

Mientras el Trono del Cristo de la Agonía mecido en los hombros de los portantes con su vista privilegiada desde lo alto del madero, crucificado para el perdón de nuestros pecados, miraba a los miles de fieles que se agolpaban a su paso por la calles del centro histórico de la ciudad, mandando un mensaje de paz y perdón a todos los que quieren estar al lado de Jesús.
Llega un momento de parada y una saeta suena en el silencio de la calle caballeros, y el publico asistente, iluminan la noche con las luces de sus móviles grabando y fotografiando ese momento de oración en forma de canto a Nuestro Padre Jesús en su Agonía.
Se suceden las chicotás en la adoquinada bajada al Oratorio, momento importante de la visita del hijo a la Madre de Dios, y el Hermano Mayor, José Manuel Gómez, acompañado por el Obispo de la Diócesis, MN. Salvador Giménez, el Consiliario de la Cofradía del Cristo de la Agonía, Mn. Vicenç Alfonso, y el seminarista Josua, acogido como nuevo cofrade en nuestra Hermandad y Cofradía y siendo la primera cofradía de la ciudad que acoge un seminarista en la nomina de cofrades, se detienen ante la puerta del Oratorio, donde el Prior de la Real y Venerable Congregación de los Dolores, les espera, momento en el que el Hermano Mayor solicita la venia para realizar la Solemne estación de penitencia dentro del Oratorio que el año pasado no pudo realizar por motivos de las obras del mismo.
Brazos en alto de los portantes para levantar al hijo de María y rendir sentido homenaje a la Virgen de los Dolores y en este especial año del 300 aniversario de la fundación de la Congregación de los Dolores leridana.
Nuevos tramos, nuevas chicotás, nuevas oraciones al Cristo de la Agonía en su recorrido penitencial por las callejuelas del casco antiguo, mientras la madrugada avanza y avanza el Cristo de la Agonía por las empinadas calles para llegar de nuevo al punto de origen, donde los tambores de la Casa de Aragón inician el toque de dolor por la próxima muerte de Cristo y es en ese momento que el publico que llena toadas las inmediacioens de la Iglesia Románica de Sant Martí puede observar durante unos minutos las evoluciones de los portantes realizando los movimientos precisos para que el Cristo de la Agonía pueda saludar a la Virgen de la Piedad de la asociación vecinal de Jaume I, y continuen para ir entrando el trono de nuevo a la Iglesia Románica para concluir la procesión y se rompa el Silencio.