La Navidad de este año
Los
días de la Navidad, del Nacimiento de Jesucristo, siempre nos envuelven
en una bruma de palabras que invitan a la bondad. Abundan las
actividades solidarias y es un tiempo en el que parece que nos
inclinamos con más soltura a hacer el bien y a eliminar el mal de
nuestro entorno.
También nos deseamos felicidad unos a otros. Y
seguramente lo hacemos con convicción no sólo unos pocos más
concienciados, entre los que nos situamos, sino todos. Eso mismo es lo
que pido a todos los cristianos: que salga de lo más profundo de su
corazón el deseo de felicidad para quienes comparten nuestra vida y para
el resto del mundo; que no sean palabras huecas, sin sentido profundo.
Que no digamos ¡feliz Navidad! porque toca en este tiempo del año, sino
porque entregamos parte de nuestra vida para que el otro, en la suya,
aumente su grado de bienestar integral. Los cristianos damos y deseamos
la felicidad que nos trae el propio Jesús cuando celebramos su
nacimiento, el momento en el que entró y participó físicamente de la
historia de la humanidad.
Distribuid a vuestro alrededor la bondad y la
felicidad de Jesús. Recomponed los sentimientos de paz y concordia, si
es el caso, en el seno de la familia. Cuidad de restañar heridas pasadas
por palabras o gestos hostiles hacia amigos y conocidos. Sed generosos
en los abrazos de la concordia y de la cercanía física y emocional.
Utilizad términos amables y sencillos para aproximar posiciones
distintas y distantes. Valorad mucho más a las personas que a las ideas,
sobre todo si éstas os alejan y os enfrentan. No tengáis nunca miedo de
perdonar a los que os han ofendido. Sed rápidos en aceptar el perdón a
quien os lo da. Sólo así compartiremos la verdadera felicidad de la
Navidad, no de palabra sino desde el sentimiento ofrecido por
Jesucristo.
En esta línea de actuación os deseo una feliz
Navidad a todos. Pienso especialmente en aquellos que más sufren durante
estos días por enfermedades, abandonos, soledad o desamores. Termino
este breve comentario, convertido en felicitación para todos, con unos
versos de Oriol Garreta:
Acollir Jesús en aquest Nadal.
Déu i Pare nostre, i lluiten diàriament
Tant ens heu estimat, per tirar endavant la seva família,
Que ens doneu el vostre Fill, en la il·lusió del jove per millorar el món,
Nascut de Maria, en la feblesa del vell que confia en vos,
Per alliberar-nos en la pobresa i el dolor del malalt,
I portar-nos cap a Vos. del marginat, del perseguit.
Doneu-nos un cor senzill i transparent, Que tota la nostra vida
Perquè sapiguem acollir Jesús. Sigui un cant de lloança a vos,
Fer sempre el que ens demana un cant de pau per a tothom,
Veure’l en cada germà nostre, que enforteixi la fe,
Veure’l en la fragilitat desvetlli l’esperança,
De l’Infant que arriba al món, i augmenti en tots l’amor.
En la mirada amorosa
dels pares que estimen els seus fills
+Salvador Giménez, bisbe de Lleida.