Empieza la Cuaresma para los cristianos
Cuando me pongo ante el ordenador para escribir estos comentarios semanales tengo siempre presente a dos grupos de posibles lectores: quienes reciben el Full Dominical cuando asisten a la celebración de la Eucaristía o están suscritos al mismo y aquellos que leen los periódicos y les gusta tener información de los acontecimientos de la propia Iglesia.
Dejo a la consideración de cada cual la
calificación de cada grupo porque ambos me merecen todo respeto y la
lectura que hacen de estas glosas, con los consiguientes comentarios
cuando me llegan, ayudan y enriquecen mi tarea al servicio de todos.
Siempre con la misma finalidad por mi parte, recordar la cercanía de
Jesucristo a cada persona y procurar que su nombre y su obra, la
Iglesia, sean bien acogidos por nuestra sociedad.
El respeto mutuo agranda el corazón de todos. La
diversidad nos acerca a la reflexión y al conocimiento de quienes creen o
piensan distinto. La aceptación del otro nos ayuda a multiplicar el
aprecio por sus costumbres, por sus creencias, por su propia historia.
Nadie quiere abandonar los rasgos de su propia personalidad y se ofende
cuando siente desconsideración o desprecio.
Ha sido un largo preámbulo para llegar a lo
fundamental de este comentario: informar a todos que el miércoles
próximo los cristianos damos comienzo al tiempo de Cuaresma. Es un
período de preparación para la Pascua de Jesús que, como ya sabéis, es
la fiesta central del año cristiano en la que celebramos su Pasión,
Muerte y Resurrección. También para pedir a todos los cristianos que
renueven el sentido de las prácticas cuaresmales, que no olviden que el
ayuno y la abstinencia de comer carne nos lleva a la austeridad de vida,
que la limosna nos invita a la solidaridad constante y la oración a
profundizar en nuestras relaciones con el Señor. Todo ello puede ser
perfectamente explicado a los niños y jóvenes de nuestras comunidades
evitando caer en las rutinas o en las apariencias estériles y dotándoles
de coherencia y de autenticidad para la vida cristiana. Esto segundo
permite generar nuevas vidas dedicadas al amor y a la dedicación al
prójimo.
Muchos cristianos viven este tiempo como una buena
oportunidad para replantear su relación con Dios y la participación
consciente y responsable de las normas de la Iglesia. Os aconsejo que lo
presentéis así a vuestro entorno y no os avergoncéis de poner en
práctica lo pequeño como un signo de realización de los grande y
definitivo que es el seguimiento del Señor.
Termino con una última indicación: procurad leer
el mensaje que para la Cuaresma de este año ha escrito, como hace
siempre, el papa Francisco.
+Salvador Giménez, bisbe de Lleida.