Novena de rogativas al Cristo de la Agonía - IX día de Novena

ORACIÓN INICIAL
¡Oh, Señor y Dios mío! Animado por vuestra infinita bondad y por los continuos favores que otorgáis a los que imploran delante de vuestra Imagen, misericordia y perdón, a Vos acudo, oh Padre mío, Cristo de la Agonía, para ofreceros mis humildes obsequios y presentaros las necesidades de mi pobre alma. Confieso que os he ofendido con grandes faltas, que he repetido sin cesar; pero ya arrepentido, las detesto de veras y propongo ayudado de nuestra gracia enmendarme en lo venidero. Movido, pues, de estos sentimientos, os ruego, ¡oh mi buen Jesús!, que, por los dolores de vuestra Pasión, atendáis las súplicas que os dirijo en esta novena, si son de vuestro agrado y de provecho para mi alma. Amén.
Haced, Jesús mío, que enjugue vuestro sudor, detestando mis pecados, causa de vuestra pasión y muerte.

PIDASE POR EL CESE DE LA EPIDEMIA, 3 PADRESNUESTROS, 3 AVEMARIAS Y 3 GLORIAS

ORACIÓN FINAL
¡Oh, dulce y amado Padre mío, Cristo de la Agonía! Al considerar vuestro amor y la bondad con que me habéis acogido en este día, un grito de gratitud se escapa de mis labios y el recuerdo de vuestras misericordias embarga mi alma. Por ganar mi amor bajasteis a la tierra y sufristeis toda clase de penas y trabajos y muerte de cruz. Por mí también, llegando al colmo de todas las bondades, os quedasteis en el Sacramento del altar, queriendo ser nuestro manjar, consuelo y perpetuo compañero. ¿Qué más? Por nuestro amor os presentáis en esa Imagen clavado en cruz, con sangre en el rostro, mirando al cielo con humildad y de paciencia. ¡Gracias, Señor, por todo!, y a fin de corresponder a vuestros favores, os pido la gracia de cumplir siempre vuestra ley, imitar vuestras virtudes y vivir y morir en vuestro amor. Amén.