Recordando a los escritores de la Diócesis.
De
forma habitual solemos hacer balance de las actividades que programamos
en las diversas instituciones y parroquias. También la diócesis. I,
cuando el propio obispo presenta la situación y tiende a enumerar los
aspectos positivos y enorgullecerse de las personas que conforman el
rostro de la Iglesia en los diferentes ámbitos de la evangelización, le
produce un cierto temor y temblor por poner primero la fortaleza de los
seres humanos a la confianza en la voluntad de Dios.
Siempre me ha resultado sorprendente el interés
del rey David por realizar un censo de su pueblo, y también la respuesta
de Dios desaprobando la orden real. ¿Lo hacía David por vanidad, o para
tener un conocimiento claro de su realidad? ¿Quería contraponer la
confianza en las fuerzas humanas al designio del Señor? ¿Pensaba que el
rey y su poder estaban por encima de cualquier otro poder, incluido el
de Dios? Mil preguntas podrían acudir a nuestra mente para pedir, en
conclusión, mantener más alta la confianza en la gracia de Dios y evitar
fundamentar nuestra acción en la personalidad humana y, por tanto, en
el propio orgullo.
El final del pasaje del libro de las Crónicas, en
el que el rey David como muestra de arrepentimiento por haber
desobedecido a Dios y su oferta para que elija un castigo entre los tres
que le propone, es muy aleccionador. La lección más importante para un
creyente cuando repasa la biografía del rey David es fortalecer la
confianza en Dios. Él es quien sostiene y acompaña toda nuestra
actividad. Mucho más para un pastor que dirige el rebaño de Cristo, y
que pretende continuamente mostrar el camino para cumplir siempre la
voluntad de Dios, en las palabras y las acciones. No digo esto para
curarme en salud, como coloquialmente solemos decir.
No obstante, quiero manifestar mi alegría porque
en estos últimos días de curso, se han presentado en nuestra diócesis
tres publicaciones de mucha altura intelectual y humana y, al mismo
tiempo, de un auténtico compromiso cristiano. Quienes estuvimos en las
presentaciones, salimos con un fuerte impacto emocional y satisfechos
por conocer a personas tan comprometidas y a la vez tan cercanas.
Leedlas. El autor de la primera publicación es un sacerdote que falleció
hace unos meses, muy conocido y querido: Josep Martí i Cristòfol. Lleva
por título Humanisme cristià, y está en la colección de Quaderns IREL.
Las otras publicaciones tienen la autoría de dos seglares.
Los dos con una dilatada dedicación a la acción
diocesana y compromiso cristiano en los distintos campos de su actividad
profesional. Me refiero al Dr. Joan Viñas Salas y su Com viure amb la
malatia. Des de l’experiència d’un metge malalt cristià, publicaciones
de l’Abadia de Montserrat. Y también a Juan Luis Salinas Sánchez con el
libro ¿Qué quieres de mí, Señor?, publicado por Monte Carmelo. Pueden
ayudaros mucho en vuestra vida cristiana porque nos describen
pensamientos y vivencias muy profundas, muy auténticas y con gran
testimonio de su fe en Jesucristo.
Me siento muy satisfecho de haberlos encontrado en
mi vida y les agradezco públicamente su servicio. Es cierto que mi
satisfacción no acaba aquí. Me gusta contar el gran número de cristianos
que, en los distintos ámbitos de la catequesisenseñanza, de la liturgia
y de la acción socio-caritativa, conviven con nosotros y son un gran
ejemplo de dedicación y hondura espiritual. No quisiera hacer un censo
de personas con un claro testimonio de su fe porque todo es producto de
la gracia de Dios. Aunque siento un pequeño orgullo por lo que supone de
vitalidad de nuestra diócesis.
† Salvador Giménez Valls. Obispo de Lleida