Segundo día de Triduo al Cristo de la Agonía

Coincidiendo en el segundo día de Triduo se ha celebrado en la Catedral de Lleida la Misa Crismal, en la que se han bendecido los Santos Oleos. La celebración presidida por MN. Salvador Giménez y con la presencia del Obispo emérito MN. Joan Piris ha llenado el aforo de la Catedral, en la que estaban presentes los preberes de la Diócesis. 
En esta ocasión el aceite ha sido obsequiado por la localidad de la Granadella, que recientemente ha obtenido para su Procesión del Encuentro y el Descendimiento la catalogación de Fiesta de Inteés Nacional. 
A esta misa crismal han asistido varios miembros del Cabildo de Oficiales, así como varios cofrades de nuestra Hermandad, el Hermano Mayor, José Manuel Gómez, y la Vice- Hermano Mayor, Maribel Guijo. 
La lectura de este Martes Santo nos sitúa en la mesa con los apóstoles,  Jesús, estando en la mesa con sus discípulos, se estremeció y manifestó claramente: "Les aseguro que uno de ustedes me entregará". 
Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería. 
Uno de ellos -el discípulo al que Jesús amaba- estaba reclinado muy cerca de Jesús. 
Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: "Pregúntale a quién se refiere". 
El se reclinó sobre Jesús y le preguntó: "Señor, ¿quién es?". 
Jesús le respondió: "Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato". Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. 
En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: "Realiza pronto lo que tienes que hacer". 
Pero ninguno de los comensales comprendió por qué le decía esto. 
Como Judas estaba encargado de la bolsa común, algunos pensaban que Jesús quería decirle: "Compra lo que hace falta para la fiesta", o bien que le mandaba dar algo a los pobres. 
Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche. 
Después que Judas salió, Jesús dijo: "Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él. 
Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto. 
Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: 'A donde yo voy, ustedes no pueden venir'. 
Simón Pedro le dijo: "Señor, ¿adónde vas?". Jesús le respondió: "A donde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás". 
Pedro le preguntó: "¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti". 
Jesús le respondió: "¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces".