Toñy Castillo Hermana Cofrade de la Cofradía del Cristo de la Agonía, da el pregón de Semana Santa en la Cofradía
Padre Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de los Dolores de la Ciudad de Badía
del Vallès (Barcelona).
Llegar a Badia del Vallès, es
llegar a una ciudad donde la hospitalidad y el ambiente de hermandad se
puede respirar desde el mismo instante en que recorres sus calles, una
preciosa población donde se aprecia el calor de sus gentes.
Badia del Vallès, llamada
anteriormente Ciudad Badia, es un municipio de la comarca del Vallès
Occidental, en la provincia de Barcelona, comunidad autónoma de Cataluña
y entre sus muchos atractivos, está el de tener una Cofradía nacida de
la ilusión de personas y el esfuerzo del fervor. En palabras de su
Alcaldesa Eva Menor Cantador: La Semana Santa es una festividad
religiosa que invita al recogimiento y a la reflexión, pero más allá de
las creencias, en nuestro calendario supone un alto en el camino. Unas
fechas propicias para exprimir su esencia y encontrar esa capacidad de
amar que forma parte del ser humano y ponerla en disposición de los
demás…
Como apuntaba Antonio Rodríguez
Concejal de Cultura: La Semana Santa en Badia es uno de los actos más
celebrados por la ciudadanía, siendo un lugar donde tradición, cultura, emoción y mucho sentimiento se dan cita cada Pascua en la localidad.
Citando a Olga Martín: Florece Badia,
entre lirios y claveles, aromas de incienso mecen el aire de pinceladas
de diversidad, redobles de tambores y notas de cornetas, ha llegado la
primavera. Bullicio, estación que invita a abrir puertas y ventanas,
amargura, vigilia, alegría, silencio, cantar de saetas…
Bellas palabras para definir una ciudad y un sentir Las que nos deja Olga Hermana Mayor de la Cofradía Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores.
Al llegar a Badia se podía escuchar
la música de la Banda, que ya preparada, acompañaría a la ceremonia
religiosa que daría inicio oficial a la Semana Santa.
Pero no iba sola desde Lleida en mi
honor de pregonar, me acompañaba: Manuel Ceballos que llevaba la Medalla
de su Hermandad del Cristo de los Remedios y Virgen de la Amargura de
Montellano (Sevilla), Mario Palma, Mari Carmen Cazorla y Mireia Palma
en representación de su Cofradía del Cristo de la Agonía y Virgen del
Rocio de Lleida.
Nos esperaba en la Iglesia de la Mercè, Manuel Zamora Expresidente
del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis de
Barcelona. Persona de gran importancia en la Semana Santa, no solo en
Cataluña, sino de renombre estatal, que fue el encargado de recordarnos
el significado de estos días y de presentarme como pregonera, su
magisterio mantuvo a los presentes atentos a sus palabras y su mensaje.
Junto a la imagen del Padre Jesús
Nazareno y la Virgen de los Dolores aguardaban el Presidente,
Vicepresidenta, Hermana Mayor y un gran número de Hermanos, que hicieron
me me sintiera como en casa.
La Iglesia era de grandes
dimensiones ya que acogería a toda la ciudad que junto a hermanos
cofrades, y Autoridades, representantes de todas las Instituciones,
sociales, administrativas, políticas y seguridad se darían cita en un
acto emotivo, donde las palabras de su sacerdote invitaba a una semana
bajo el respeto y la mirada puesta en la universalidad.
Yo miraba asombrada de la gran
multitud de personas congregadas, pero especialmente en una treintena de
niños costaleros de la Borriquita que atentamente seguían las palabras
con ejemplaridad.
Niños entregados debido a la educación de padres y abuelos de esta ciudad que brilla única en cultura, tradición y fe.
La Banda de la Asociación Musical
Cabrera d’Anoia, acompañó el acto, un bello acto lugar donde el
Presidente de la cofradía José Cruz, agradecía a todos aquel que
colabora sintiéndose orgulloso de su cofradía…
Orgullo
sentí el poder por unas horas estar con vosotros, y mi agradecimiento
por el Regalo de la Medalla de Cofrade y un precioso cuadro de vuestra
Hermandad.
Y cómo no el acto terminó con gran aperitivo de hermandad. GRACIAS por
haberme elegido Pregonera.
Resumen del Pregón
Como
hermana Cofrade es un honor, desde esta Iglesia de la Mercè, el poder
compartir mi devoción en la fe cristiana ustedes.
Mis respetos a los hermanos, (al hablar
de hermanos en evidente mi extensión a hermanas incluyendo a los niños
que forman esta hermandad), representantes de las diversas cofradías,
hermano mayor, autoridades y a todas las personas que hoy vivimos bajo
la creencia de un mundo donde la palabra de Jesús nos hace de guía,
siendo esta, una manera de ser, y actuar que tiene su raíz en el
sentir más profundo y en la esencia que nos formó como personas.
Una de las manifestaciones más
fervorosas en la España cristiana es nuestra Semana Santa, entendida
como tal, como la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesús de Nazaret que precedida por la antesala cuaresmal, se considera
un tiempo de reflexión y de conexión con nuestros valores.
Si hacemos historia… fue en el concilio
de Nicea en el año 325 donde se establece que la Pascua de Resurrección
había de ser en domingo, que no había de coincidir con la Pascua Judía,
que en un año solo podía celebrarse una pascua, recordemos…
… Que por esa época el año nuevo se iniciaba en el equinoccio primaveral…
Y es aquí hermanos Cofrades, donde esa
luna universal que emana pueblos y culturas… está presente, ya que la
Pascua de Resurrección es el domingo inmediatamente posterior a la luna
llena tras el equinoccio de marzo, pero ello no ocurría antes del 22 de
marzo, siendo la fecha límite el 25 de abril como muy tarde…
… Quizás unos de los recuerdos más
latentes en mi vida han sido las noches que perdía el reloj del tiempo
mirando la luna. La misma luna que una noche ocultó su luz ante la
barbarie de los hombres para resucitar ante el manto estelar de lo
divino.
La primera luna llena de la primavera
en Badia del Vallès es la más llena de cuantas brillan en la noche
del Viernes Santo. Mostrándose inmensa. Probad a verla por la Plaza
Mayor, la Avenida de Burgos, la Vía de la plata… o la Costa Brava… la
luna de este Viernes Santo lucirá extraordinariamente bella acompañando a
las mujeres que con sus mantillas rezan a la Virgen de los Dolores, y
al Padre Jesús Nazareno.
Hoy quisiera hablaros de una niña
llamada Mari, una niña descendiente de una familia andaluza que crecía
saboreando una educación llena de brillantes matices, lugar, donde
cultura y sentimiento se aliaban dando forma a su personalidad
vivaracha.
Desde ese lugar donde la infancia fragua
las actitudes y valores, aprendía de su abuelo Manolo, el fervor
cristiano, docente de sus ilusiones y enseñanzas hacia ella.
Manolo o Don Manué, como solían
llamarle, dependiendo del cometido de sus tareas, guardó siempre, pese
haber dejado de joven la ciudad Tarifa, veneración a su Patrona, la
Virgen de la Luz.
Pero los recuerdos que guardaba Mari con
más esmero estaban relacionados con el Cristo Medinaceli y la Virgen de
los Dolores de la Parroquia de San Idelfonso en la Barriada del
Príncipe, en la ciudad donde había nacido.
Su abuelo Manolo, Hermano Mayor de la
Cofradía de la Virgen de los Dolores y Cofrade de la Hermandad de la
Virgen de África, lucía orgulloso sus medallas, insignias de su fe, así
pues, entre santuarios de Pasión y Palios de Claveles, la niña
abandonaba su infancia, bajo el cobijo de su adoración Mariana.
Mary crecía mirando la luna y cada Jueves Santo le parecía que esta se hacía más grande y hermosa.
Pasó de niña a joven, admirando a su
tía Carmela por las obras sociales que hacía en la parroquia. Es más,
hoy a sus 85 años, Carmelita es la encargada de la Catedral de Ceuta y
bien seguro que a estas horas, está en ella engalanando el altar con
palmas.
La familia tiene un gran peso sobre los
hijos… aun así… un día Mary me explicó que hacía años que se había
enfadado con Dios con tanta rabia… que dejó de hablarle, de contarle sus
secretos y su nombre junto a él dejó de oírse cuando le gritó su
renuncia.”
Había silencio y atenta escuché su historia…
No lo quise -añadió Mary-, a
la fuerza tuve que marchar de mi ciudad a edad temprana, me vi
compartiendo calles y estudios en una población que me acogió, a pesar
de mi rebeldía por desear regresar a mis calles de suelos empedrados.
Me hice mayor entre largos inviernos
de nieve y montañas adoptadas y breves veranos compartiendo la orilla
de dos mares. La distancia entre ambas estaciones no podía medirse en
kilómetros, cuanto más, cuando los retornos en primavera a mi ciudad
nunca fueron posibles.
Fueron muchos los años en los que
no vi nacer las flores que rodeaban a los árboles del paseo de la
Marina, ni pude acompañar a mis tías y abuela en procesión con Cristo
de Medinaceli.
Añoraba el compartir rezos y
alabanzas con los miles los fieles que mecen y gozan la libertad de su
devoción allá por su tierra.
Al comprobar que mi vida se alejaba
de mis tradiciones me prometí que cuando fuera mayor, regresaría a
compartir la Semana Santa con mi Hermandad, acompañando a la Virgen de
los Dolores, ofrendándole todas las primaveras de destierro obligado.
Pero la vida, a veces vive por ti y mi vida estaba lejos de aquellos que eran mis nazarenos.
Una y otra vez renacían los naranjos sin
que Mari pudiera sentir el olor a azahar al atardecer, y por fin un mes
de marzo, fue el azar quien dispuso su regreso para cumplir con esa
ilusión dormida desde su adolescencia.
Siempre hubo en mi familia una gran fe cristiana -añadió- mi infancia estaba repleta de domingos de misa con vestidos confeccionados por las manos de mi madre y días de escapulario.
Desde niña vivía con Rosa, mi tía,
siendo la encargada de recordarme que las campanadas avisaban a misa y
me ilusionaba con ser Cofrade y vivir noches de penitencia dedicadas
a Dios.
Cumplidos los 27 años, llegó la
noche soñada. Había regresado a Ceuta: una mantilla negra, y una peina
de mi abuela estaban junto a los pendientes que hoy llevo puestos y
después de tantos rezos ¡por fin caminaba por las calles de mis anhelos!
Regresé con mi medalla de Cofrade,
con ilusiones de mantilla y rosario de promesas, pero esa noche, el
levante enfrió mis manos y pasos entre naranjos y azahares. Esa noche
oscura, mientras yo rezaba, el frío helaba la sonrisa de mis horas
venideras.
Llegué a casa ilusionada, deseando
contar el caminar con mi Hermandad. Mi tía Rosa, callada, me escuchaba
ayudando a sacarme la mantilla, el traje y una vez despojada de mis
ornamentos, ella se dejó caer sobre la cama. Rosa, se durmió ese eterno
Jueves Santo viendo como la Virgen había oído sus rezos.
Yo me rebelé tanto que mi rabia
clamó a la vida y decidí declinar a mi fe. ¡Y juré y juré… a sabiendas
que era pecado…! Viendo la luna eterna bajo mis ojos.
Pero la vida busca aquellos
sentimientos que nos formaron como personas… busca en nuestros sustratos
y en nuestras creencias que nos ayudaron a crecer y nuevamente,
renacen en nosotros mismos nuestras infancias adormecidas para despertar
con más fuerza.
Mari pertenece en la actualidad a tres
hermandades al Cristo de la Agonía y Virgen del Rocío De Lleida, a la
Hermandad del Cristo de los Remedios (que procesiona acompañado por una
imagen de la Moreneta en su canastilla) y Virgen de la Amargura de
Montellano Sevilla y a la Cofradía de la Virgen de la Cabeza. Aunque no
debemos olvidar, que todas las diversas advocaciones, son las mismas
figuras: Jesucristo y María, de este mismo modo, los cristianos somos
hermanos en la fe, sin importar nuestros nombres o cultura de origen,
con tradiciones y manifestaciones diferentes, en cualquier lugar, somos
hermanos en comunión y devoción. Es por ello que, puedes sentir y
vivir la fe en la Semana Santa en distintos lugares.
Hace casi un año vi a Mari convertida
en Toñy, -la que hoy os habla-, ataviada de mantilla negra, traje negro y
medalla de la Hermandad de la Virgen del Rocío en tierras de Cataluña,
paseaba en silencio detrás del Cristo de la Agonía mientras le rezaba:
Hay un Cristo en Lleida.
¡Ay Cristo de mi agonía!
Que al verlo enclavado,
Descolgarlo yo quisiera…
Para hacer que camines a mi lado,
Y así jamás…
Sentir ausencias en días de vela.
Hay un Cristo en Sant Martí,
En una Iglesia entre iglesias,
Que al verlo inmóvil,
Descolgarlo yo quisiera…
Para hacer el bien a los hombres,
Y así jamás…
Sentir el llanto de la pobreza.
Una larga noche de primavera,
Paseando yo por Lleida,
Vi una sombra caminando
Con huellas de clavos
Y el corazón abierto sin tristeza.
Una luna serena me hacía de guía
Paseando yo a su vera,
Vi filas de hombres aclamando
Con huellas de historia
Y amor generoso traspasando puertas.
Una serena noche de primavera
Paseando yo junto a tu iglesia,
Vi mujeres que alababan
Con huellas de penas de antaño
Y el alma envuelta en tu presencia.
Hay un Cristo en Lleida.
¡Ay Cristo de mi agonía!
Qué al verlo enclavado…
Bajarlo yo quisiera
Para hacer que camines a mi lado
Y así jamás…
Sentir ausencias en días de vela.
Hoy Cristo de la agonía.
En tu Iglesia coronando.
Cuando te miro ya no te veo inmóvil,
Ya no deseo que bajes de tu cruz caminando…
Pues tú caminas cada día…
Entre calles y gentes ayudando.
¡Ay Cristo de la Agonía!
¡En Sant Martí postrado!
Pero todos conocemos,
Que en donde estemos…
¡Tú estarás a nuestro lado!
Muchos se extrañan al verme, pues
desconocen que mis ojos se empañan cuando voy con la Hermandad de
romería, desconocen mi respeto y admiración por la Semana Santa, donde
en Sevilla cada “Madrugá,“ desde hace ya algunos años, me inclino bajo
el paso y el cansancio ilusionado de Nazarenos .
Muchos ignoran que al ver a la Virgen
en su trono, en Andalucía, Ceuta, Cataluña… en Badia del Vallès y en
cualquier pueblo donde el “sentir aflora” “me siento cofrade, romera y
Mariana y para una noche de luna llena quisiera dejar mi cantar a la
virgen de los Dolores de Badia del Vallès.
Ntra. Sra. De los Dolores
Caminaba por la almohada de sus desvelos
Meditando el porqué de su vida.
Mientras las horas pasaban lentas
Esperando de nuevo el día.
****
Había perdido el alma
Esa noche se apagaba su alegría.
Su hijo ya no estaba junto a ella
Al menos… eso creía.
****
Paseaba por la habitación de sus tormentos
Recordando el que había sido su vida.
Mientras clamaba al cielo
Esperando respuestas desconocidas.
****
Había perdido la esperanza
Esa larga noche de agonía.
Su hijo moría a su lado
Al menos… eso creía.
****
Hoy encontré una mujer caminando
Me dijo llamarse María.
Llevaba una túnica blanca
Bordada en tonos lilas.
****
Caminaba junto a mi sendero
Alargó su mano y tomó la mía.
Me preguntó porque estaba triste
Yo añadí que era por la misma vida.
****
Ella me contó que tuvo un hijo
Que se marchó un día.
Para renacer entre los hombre
Y así calmar la desidia.
****
En su rostro había dulzura
Esa que solo marca la alegría.
De saber que nadie se va para siempre
Si “Jesús” forma parte de su vida.
****
Caminando por la almohada de mis desvelos
Meditando el porqué de mi vida.
Mis horas pasan lentas
Esperando que amanezca un nuevo el día.
Que me llene de esperanza
Y de ilusión en el día a día.
Los años avivan la esencia que se halla
en nosotros a modo de raíces, siendo esta parte de nuestro ser innato.
Siempre recurrimos a nuestra infancia, a nuestros valores, y con el paso
del tiempo las señas de identidad afloran como lágrimas enjauladas en
túneles de antaño luchando por salir a la luz, deseando hacernos
personas capaces de sentir y revivir emociones. Nuestro sentir puede
estar adormecido, pero al mínimo ruido de trompetas, se despierta…
dedicado al Padre Jesús Nazareno
El silencio mantiene a la noche serena
Sólo las estrellas hablan susurrando.
La luna tomó su capa morena
Para acompañar a nazarenos rezando.
****
Tocan 12 campanadas,
Como doce puñaladas al viento…
Hay lágrimas en costaleros,
Lágrimas, de sufrimiento…
¡Porque son 12 las campanadas
Que acompaña a nuestro padre Jesús Nazareno!
****
La oscuridad inicia su andadura
Despeinada por el viento.
Las estrellas buscan sus velos
Entre baúles al terminar el invierno.
Madrugada de pasos silenciosos
De bocas calladas mientras llega el alba.
De caminos de senderos poco transitados
De manos sosteniendo la calma.
****
Larga noche de rezos,
Silencio roto por el murmullo de un costalero
Que en cada levantá se inclina aclamando al cielo
Que el paso de sus años no le impida
Acompañar a su Padre Jesús cada año, cada rezo.
****
La luna toma su capa más oscura
Para acompañar tanto desconsuelo.
Se oyen las 12 campanadas
Como doce puñaladas al viento…
Hay lágrimas en costaleros
Lágrimas de sufrimiento
¡Porque son 12 las campanadas
Que acompañan al Padre Jesús Nazareno!
****
Durante toda la noche
Se vio caminar a un Nazareno.
Nadie sabía su nombre
Nadie lo supo cierto.
Pero dicen que llevaba sus manos tapadas
Para no mostrar las llagas del sufrimiento.
Queridos hermanos Cofrades, es
bien sabido que pregonar es animar en cualquier empeño y desde la
autoridad de hermana vuestra, en la fe, no debería haber pregón alguno
que no lleve implícito el caminar con entusiasmo hacia pasos del bien
común, que anime a la fraternidad y caminar unidos en torno a ella
dentro y fuera de la cofradía. Las hermandades son lugares donde se
realiza una gran labor, no solo al venerar una imagen, sino un trabajo
silencioso por los demás y quizás, esa sea una de las principales
causas por la cual, nuestra Semana Santa tiene un lugar destacado en la
historia, donde hermandades han realizado un trabajo colaborativo no
exento de esfuerzos.
La cofradía de Padre
Jesús de Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores, de Badía del Vallès
es joven. Vuestra hermandad se fundada en el año 2000 y de no
equivocarme hizo en 2001 la primera estación de penitencia con la imagen
de Padre Jesús Nazareno y al siguiente en el 2002 ya posesionó el paso
de palio con la Virgen de los Dolores, pero vuestra ilusión no solo
no alcanzó su meta sino que años más tarde y como una actividad para los
niños nacería la procesión infantil de la Borriquita el Domingo de
Ramos.
Recuerdo una noticia en la cual se
hablaba que niños integrantes de la Cofradía Padre Jesús Nazareno y
Nuestra Señora de los Dolores de Badia del Vallès en ella alababa a los
niños que habían ejercido de costaleros en la procesión de la
Borriquita, portando el paso hasta la Iglesia de Nuestra Señora de la
Mercè, en la cual hoy nos encontramos. Se refería al segundo año
consecutivo que los niños llevaban a cuestas el paso que pesa unos 65
kilos aproximadamente.
Algo que corroboró una de ellas, al
asegurar que “pesaba un poco”. No obstante, confesó que no le importa
aguantar el peso porque así practicaba para cuando pudiera ser costalera
de un paso de adultos.
Por su parte, una pequeña de cinco años
señalaba que ella no tenía este problema. Sus palabras fueron “A mí no
me pesa porque yo ni llego”, ¡Qué bonito…! ¡No llegaba… pero ahí
estaba… llevando su “Borrriquita…”
Otro de los niños que participaron en la
procesión aseguró que además de portar el paso porque le “gusta” lo
hacía porque sus padres le dijeron que si sigue así “de mayor” será un
buen costalero. Buen costalero, buena persona, en definitiva buen
cristiano … seria el deseo de unos padres que bien seguro estarán
orgulloso de la educación en valores dada a su hijo, como todos aquellos
capaces de demostrar sus creencias y llevarlas con el orgullo de unir
tradición y amor a Dios.
Ya hace años que estos niños soñaban
por posesionar la fe inculcada por padres y abuelos, lo que nos da una
imagen de personas que no solo ejercen sus valores sino que esta
educación se transmite, se vive y forma parte del ideario cristiano y
que garantiza el crecimiento y formación de niños, jóvenes y adultos en
valores universales. Valores que perduran a través del tiempo. Y desde
mi faceta de profesora de niños que pasan malos momentos de salud o
asesora de padres y niños con problemas del alma, mi más profunda
admiración y respeto por vuestro buen hacer.
Una cofradía joven pero que sobresale al
unir fervor y tradición, nacida con cariño y que ha crecido en
importancia siendo una referencia en Badía del Vallès, para mostrar el
sentir de manera generosa, Y por ello debéis estar orgullosos y os debe
dar ánimos para seguir adelante en esta primera luna llena de
primavera. Porque dicen que la fe mueve montañas. Yo creo que Dios ha de
estar en la conciencia de los hombres bajo nombres diferentes y nunca
se hace bien a Dios haciendo mal al hombre.
Quizás al salir el Palio de la Virgen de
los Dolores y el Padre Jesús Nazareno por estas calles de Badía, sale
imagen y vuestra ilusión, imagen y vuestros sentimientos y bajo esa
luna llena, luna de obras buenas bendiga a todos los nazarenos y hombres
y mujeres de fe bajo ese manto que con amor un día confeccionasteis…
…Y bajo el deseo de que esta semana sea
santa en hermandad y amor a los demás que en definitiva es amar a Dios a
través del prójimo. Gracias por construir con vuestra hermandad un
trocito de cielo en la tierra.
Gracias hermanos cofrades por hacerme
participe y darme la oportunidad de estar esta tarde con todos vosotros
en esta semana en la cual se hace santa por recordar el ideario y camino
de guía hacia una vida no exenta de sacrificios pero una vida… lugar
para caminar hacia el bien, ese bien hacer que fue ejemplo de un Jesús,
su cautiverio y crucifixión por proclamar una nueva sociedad más
justa, un mundo equitativo, un mundo sin discriminación donde todos
tenían cabida, un mundo humano … un mundo en paz …
… Unidos por la hermandad de caminar
juntos en la gran fe del respeto a la persona y el amor a los demás, su
fe se denomina cristianismo, ya que viene de Cristo, de un Jesucristo
valiente condenado a la peor de las muertes por defender valores y
creencias, pero prueba de ello es su no muerte ya que después de más de
2000 años estamos aquí honrando su obra que perdura siglo a siglo
porque su verdad se mantiene intacta.
GRACIAS Hermanos por permitirme
compartir esta tarde con vosotros, aquí en la iglesia de la Mercè y que
vuestra fe sigua siendo ejemplo y los niños lleguen a ser costaleros en
bondad, en cariño, y construyan junto a todos vosotros un mundo más
humano, donde carguemos las cruces repletas de buenas obras y la
cofradía crezca en unión, ilusión y la pasión de Cristo sea ejemplo de
firmeza, convicción y respeto.
Mi más sincera admiración, y mi más
sincero cariño. Gracias y que la gracia de dios nos acompañe en estos
días y desde aquí, un gran beso también para aquellas personas que ya
no están entre nosotros pero tal y como hizo Jesús dejaron la semilla y
dieron como fruto nuestra fe.
Gracias.