Los portantes de trono celebran la jornada de convivencia

Era temprano, los primeros rayos de sol ya daban color dorado a las calles de Lleida, y una año más se daban cita a esas tempranas horas los portantes del trono de Cristo en la mañana de Sábado Santo, para cumplir con el ritual de cumplir con la labor de guardar los enseres de la procesión.
Las caras sonrientes de los portantes daban fe que a pesar del esfuerzo en la estación de penitencia, esta había sido un éxito, pudiendo completar una vez más la salida procesional.
Tocaba ahora recoger las flores, ese manto de lirios que lució durante la Procesión del Silencio, el paso del Cristo de la Agonía, guardar varales, proteger el patrimonio, para preservarlo para la nueva salida el próximo año.
La imagen de nuevo a su lugar de culto, en la Parroquia de Sant Martí, en el lateral de la iglesia, donde es visitado con frecuencia por fieles y devotos del Cristo de la Agonía, las varas de mando y la cruz guía a su expositor, y el estandarte de nuevo al local social donde quedan días de recogida, días de nuevo de convivencia, entrega de vestas y velas, para que se salvaguarden durante todo el año, para que puedan estar listas de nuevo en la próxima primavera.